Los viajes musicales
Una técnica idónea para la musicoterapia y la enseñanza musical:
¿Cuál es el orígen del viaje musical?
Los viajes musicales son una técnica que remonta al siglo XVIII, cuando el médico Fco. Javier Cid los utilizó por primera vez para tratar con enfermos mentales. Esta técnica fue retomada por Serafina Poch, pedagoga y psicóloga especializada en musicoterapia, en los años 60.
El recurso de los viajes musicales fue ideado principalmente para distraer la atención de los enfermos, creando nuevos centros de interés donde focalizar su atención. Serafina actualizó esta técnica utilizando músicas folklóricas y descriptivas, que con el apoyo de ciertos escritos o imágenes minuciosamente escogidas, facilitaba a los usuarios viajar con su imaginación a diversos lugares o países.
Los viajes musicales: fundamentación teórica
¿Qué sentido tiene el uso de este recurso?
En las últimas décadas la realidad en la que vivimos ha sufrido notables transformaciones, habiéndose transformado en una amplia y variada sociedad; también heterogénea. Este hecho ha supuesto la readaptación de la técnica de los viajes musicales, ya que pueden adaptarse a cualquier tipo de individuo y fortalecer numerosas cualidades del ser humano: la integración social, la autoestima, el conocimiento, la inteligencia emocional, etc.
Esta técnica puede funcionar perfectamente en diferentes ámbitos, siempre escogiendo muy bien las músicas, imágenes y texto a utilizar.
¿Cómo se aplican los viajes musicales?
La aplicación
Es importante que la actividad se comience con una relación de cuerpo y mente, de esta manera lograremos que la imaginación circule libremente sin barreras mentales y corporales autoimpuestas. Una vez preparados, podemos proceder a la proyección del viaja musical.
Podemos tener preparadas unas listas de preguntas o actividades relacionadas con la temática escogida para acabar alcanzando los objetivos, que pueden ser a nivel grupal -respeto, cohesión e integración- y a nivel individual -conocimientos musicales, autoconocimiento, expresión y canalización de las emociones-.
La temática no tiene barreras. Simplemente podemos pensar en las necesidades de los usuarios, así como en qué podemos ayudar, y este ejercicio nos dará la clave para poder realizar un buen viaje sonoro.