¿Por qué los jóvenes ya no quieren ir a clase?
Actualmente nos encontramos ante una problemática muy seria y generalizada en las aulas: la falta de interés por estar en el aula es alarmante, pero ¿qué nos ha arrastrado hasta esta situación?
Pensemos por un momento en lo que ha cambiado la sociedad, en tan solo unos pocos años: los avances tecnológicos han llegado a todos los hogares, cambiando toda nuestra manera de vivir, de hacer, de organizarnos y de comunicarnos.
Los jóvenes crecen con accesibilidad a cualquier tipo de tecnología, lo que los lleva a ser pequeños expertos en la materia en comparación a la gran mayoría de los adultos. Las escuelas se han esforzado mucho en incorporar la tecnología en el aula, y es maravilloso tratar de estar más cerca, pero si pensamos un minuto tan solo…
Lo más valioso que poseemos los adultos es la experiencia.
Si se tiene la oportunidad de compartir un tiempo con un joven o adolescente, no cuesta darse cuenta de un detalle: la apatía de la juventud no es por desinterés. Observemos a un joven hacer un deporte que le gusta, jugar a un videojuego, quedar con los amigos…. en estos parámetros la apatía desaparece. ¿Por qué en cambio un adolescente al que le gustan los números, los idiomas o un arte le cuesta tanto involucrarse con estos temas en el aula?
Les gusta la materia, pero no se involucran en el aprendizaje.
Esta realidad a la que nos enfrentamos los educadores día tras día tan solo se acentúa, y es que la distancia entre la sociedad en la que vivimos y nuestro sistema educativo ya no se puede salvar. Los jóvenes se niegan y revelan a continuar formando parte de este ecosistema, y los educadores se frustran por ello sin saber cómo proceder. El ejemplo de la música es lo más evidente, ¿a quién no le gusta la música? Debe ser muy complicado pensar en tan solo una o dos personas que conozcamos y que no hayamos visto nunca disfrutar con la música. ¿Y por qué esta asignatura no acaba de funcionar en los colegios o institutos? Los alumnos no la disfrutan, y es porque no somos capaces de facilitarles la experiencia: lo más valioso.Una característica de las nuevas generaciones es que están habituadas a recibir la información de una manera completamente diferente: han perdido el proceso de tener que buscar en enciclopedias, ir a bibliotecas, etc. La información es rápida, los artículos son cortos, las letras en negrita nos facilitan de una forma inmediata la síntesis de un escrito.
El papel de un profesor ha cambiado; la definición de enseñar está desactualizada.Definición de enseñar según la Real Academia de la Lengua Española.
Ninguna definición de la palabra enseñar habla de la experiencia de aprender, y eso es algo absurdo. El aprendizaje es un proceso complejo, y la experiencia lo facilita en buen grado. Hoy en día seguimos obcecados en tratar de transmitir los conocimientos separándolos de la experimentación, y la falta más grande en la que puede caer un educador.
¿Cómo podemos reavivar el interés en clase?
- Las clases deben dejar de ser un espacio de adoctrinamiento: las filas de mesas ya no funcionan.
- Incorporar la experimentación en las materias: no solo en las actividades artísticas, sino en todas.
- Las lecciones han de ser dinámicas: evitemos las palabras y conceptos que no entiendan, para centrarnos en lo que realmente pueden entender.
- Incorpora tu propia esencia en las clases: sea cual sea tu mejor cualidad, transmítela en tus clases.
- Escucha a los alumnos: los jóvenes necesitan ser escuchados y sentirse valorados. La sociedad nos ha dirigido al individualismo y los jóvenes necesitan compensar la falta de atención, sin saber cómo a menudo.
Originally posted 2017-05-22 13:40:23.