Edición de vídeo

Tecnología en las escuelas

Las tecnologías han ganado protagonismo de forma exponencial en las escuelas e institutos en los últimos años. Hay mucho debate abierto en cuanto al beneficio o el lastre que esta nueva situación supone a la enseñanza, y yo no entraré en eso es este artículo, aunque sí en la calidad en la que educamos con ello, y en un estadio muy concreto: la edición audiovisual.

Actualmente, en Cataluña (imagino que es igual en muchos otros lugares), hay un programa europeo de ayudas que ha permitido que las escuelas se doten de tecnologías: chromebooks, ordenadores, mifis, centros conectados, y un sinfín de etc., ya que la administración está intentando gestionar toda esta avalancha tecnológica que ha impactado tanto en los centros.

Cada día veo más claro que los centros y claustros no seguimos este ritmo estrepitoso que las tecnologías marcan, y eso me hace cuestionarme el sentido de todo esto que hacemos. Aquí mi granito de arena.

El encargo educativo: un vídeo

Si en un proyecto cualquiera, en un trabajo interdisciplinar o una situación de aprendizaje cualquiera pedimos un video editado al alumnado, ¿qué supone esta petición?

Damos por hecho que los alumnos ya saben cómo hacer estas ediciones, porque usan Instagram y Tiktok, son consumidores potenciales de contenidos editados… ¿Pero cuánto hay de verdad en esta suposición?

La observación me ha hecho evidente el sin sentido de tener alumnos con dispositivos adecuados para el trabajo de la edición —ordenadores y chromebooks—, que prefieren usar el móvil para realizar esta tarea.

¿Cómo puede ser eso?

El móvil tiene una pantalla mucho más pequeña y la usabilidad táctil hace mucho menos manejable estos softwares de edición. Por no hablar de la calidad de visualización con pantallas tan pequeñas, ya que no se puede distinguir si el video que hacemos tiene una resolución mínimamente buena.

Teniendo en cuenta que ningún profesional editaría desde el móvil y que no es el dispositivo más adecuado, docentes deberíamos prestar un poco más de atención a esta generalizada insistencia del alumnado a editar con los móviles.

Aprendizaje significativo...

...a través de situaciones reales.

Para no perder el foco de lo que un aprendizaje competencial comporta, debemos de crear situaciones de aproximación al mundo real, para que el aprendizaje sea significativo, para que el alumno se sienta preparado en el mundo real.

El software

Escoger bien el software de edición es importante, pero a la vez complejo. Ha de permitir que el alumnado trabaje con buen flujo de trabajo, que pueda aportar una resolución adecuada para la proyección y exposición de los trabajos. El programa que elijamos debe permitir editar por pistas, y ha de ofrecer las funcionalidades básicas para editar. En la mayor parte de los casos el precio del software es importante, y también tenemos que pensar en la integración del programa con las unidades virtuales de almacenaje —Drive, dropbox, etc.—.

Dos programas con los que he trabajado y cumplen muy bien estos propósitos son Kinemaster y Clipchamp. Ambos programas songratuitos y también multiplataforma, pudiendose utilizar en todos los dispositivos. Clipchamp además tiene versión online.

La técnica de edición

Cuando empezamos a trabajar en un proyecto con alumnado diverso nos damos cuenta de que esos aprendizajes que suponíamos que venían ya integrados, en realidad no lo están. Nos encontramos en una materia digital, de carácter transversal. Cada alumno con su ritmo de aprendizaje, con habilidades y conocimientos completamente dispares.
¿Cómo puede un docente enfrentarse a esta situación y dar la atención a todo el alumnado?

Tutoriales

A mí, personalmente, me funcionan los tutoriales, pero ojo que no me refiero a cualquier tipo de tutorial.
Los tutoriales ha de ser cortos, rápidos, fáciles de seguir y atractivos. De esta manera, el alumnado ganará autonomía y estará más motivado a usarlo si la necesidad continua de tener acompañamiento en este aprendizaje. El alumno podrá avanzar de forma autónoma a su ritmo.