Una competencia es la capacidad que una persona puede alcanzar en usar sus propios conocimientos, habilidades, actitudes y aptitudes para resolver cualquier tipo de actividad o situación eficazmente.
Adquirir una competencia implica que se produzca la integración del saber algo, el saber hacer, el saber estar y el saber ser.
Una de las cosas que más preocupan y que se han de trabajar en profundidad en los centros educativos son las competencias emocionales, que se encuentran incluidas en toda una amplia lista de competencias consideradas “socio-personales“:

Todo este listado de competencias toma enorme protagonismo y relevancia en el mundo profesional, siendo importante haber trabajado antes en cada una de ellas, desde que es posible. A lo largo de los últimos años se han hecho diversas propuestas de estandarización y clasificación de las competencias emocionales y sus diferentes estadios, pero no se ha llegado nunca a un estándar que se pueda establecer debido a las controversias.
“Las competencias emocionales son el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales”
Rafael Bisquerra Alzina y Nuria Pérez Escoda
Rafael Bisquerra, especialista en educación y crecimiento personal, nos propone cinco bloques para poder clasificar cada una de las competencias emocionales:
- Conciencia emocional
Toma de conciencia y comprensión de las emociones propias y del resto.
2. Regulación emocional
Tomar conciencia sobre la relación entre nuestros pensamientos y acciones y las emociones a las que se vinculan, desarrollando la capacidad de autorregularse y expresar adecuadamente las emociones sentidas. También se contempla aquí la capacidad de generar en uno mismo emociones positivas.
3. Autonomía emocional
La autonomía emocional pretende integrar las características y elementos asociados a la autogestión, alcanzándose en las personas en forma de una buena autoestima, y actitud, junto con una capacidad propia de auto-motivación, responsabilidad, resiliencia,
4. Competencia social
Ser capaz de mantener buenas relaciones con nuestro entorno y personas con las que interactuamos. El grado de desarrollo de este bloque quedaría afectado por el nivel adquirido de asertividad, respeto, capacidad comunicativa, actitudes pro-sociales…
5. Competencias para la vida y bienestar
Capacidad de integrar cada uno de los bloques anteriores y extrapolarlos en cualquiera que sea el contexto en el que nos encontramos. Si somos capaces de afrontar cada situación y contexto con las competencias adquiridas y aplicar los conocimientos implicados, podemos también alcanzar una manera de vivir y sentir sana y equilibrada, junto con el buen grado de bienestar que todo ello implica.
Bibliografía
- Rafael Bisquerra Alzina y Nuria Pérez Escoda (2007). Las Competencias Emocionales. Facultad de Educación, UNED. Educación XXI, Vol. 10, p.61-p.482